- Has leído mucho sobre crianza respetuosa, pero no sabes cómo ponerla en práctica
- Te levantas diciendo que este será un día diferente, pero al poco ya estás gritando, amenazando o castigando.
- No hay forma de que cooperen y siempre acabas perdiendo los nervios.
- Te gustaría ayudarles a gestionar sus emociones, pero todo lo que haces solo empeora la situación y su malestar.
- No sabes cómo afrontar diferentes situaciones de vuestro día a día.
- Te gustaría mejorar vuestra comunicación.
- Sientes que no llegas a todo, que pierdes la paciencia fácilmente y que demasiado amenudo te invade la culpa
- Te sientes desbordada y cansada.
¡Esto no tiene por qué seguir así!